La mirra es una sustancia resinosa aromática con propiedades medicinales. Se obtiene haciendo una incisión en la corteza del árbol Commiphora myrrha, de la cual exuda una resina gomosa, de color amarillo que al secarse tiene formas irregulares y tonalidad pardo-rojiza y en ocasiones granos más oscuros (denominados como mirra negra). Crece en algunos lugares del Medio Oriente, al noreste de África, en Arabia (especialmente la procedente del Ẓufār) y en la región de Anatolia (Turquía).
En la antigüedad se le dieron muchísimos usos a la mirra. Entre ellos destaca la fabricación de perfumes, ungüentos y medicinas. Se la asociaba con la riqueza y con estilos de vida lujosos. Era símbolo de clases adineradas y su precio sólo al alcance de los bolsillos más pudientes.
El aroma a mirra relaja y sorprende agradablemente. Tiene un efecto antidepresivo y tranquilizante. Reduce el estrés y suaviza la atmósfera de tensión. A lo largo de la historia, la mirra se ha asociado con la protección y prosperidad, se dice que atrae la riqueza. Estimula las sensaciones, las emociones y canaliza la energía positiva. También es un gran potenciador de la sensualidad y el erotismo.